¡Hola! Soy Eva Ramos, me presento
Soy especialista en psicología del deporte y atención temprana.
Soy Eva M.ª Ramos Ortega, una psicóloga experimentada y versátil, con una amplia formación y experiencia tanto en el ámbito académico como en el laboral. He demostrado mi compromiso con el campo de la psicología a través de mi participación en varios voluntariados en la Universidad de Navarra, incluyendo la evaluación neuropsicológica en los trastornos del desarrollo, el diseño y validación de pruebas de evaluación, y la evaluación de memoria y atención en niños. Completé el Máster en Psicología General Sanitaria en la UNIR. También tengo un Máster en Fisiología, Fisioterapia y Psicología del Deporte, donde colaboré con el club deportivo Mutilvera y en el club Mulier. Con una sólida formación en psicología clínica, he trabajado como psicóloga, asesora, orientadora y coach y como terapeuta y educadora. Además, he acumulado experiencia como educadora social y como profesora adjunta y entrenadora cognitiva. Constantemente busco nuevas oportunidades para mejorar mis habilidades y conocimientos, habiendo completado numerosos cursos académicos en diversos temas. Soy colegiada en el Colegio Oficial de psicólogos de Navarra.
Mi trabajo
El enfoque terapéutico integral se basa firmemente en el reconocido y efectivo modelo cognitivo-conductual. Este modelo plantea una interconexión profunda y sustancial entre los pensamientos, las emociones y los comportamientos humanos. Se sostiene que los pensamientos y creencias tienen un impacto directo y poderoso en las emociones y comportamientos. Del mismo modo, las emociones y comportamientos pueden, a su vez, afectar los pensamientos y creencias. Esta interrelación es la piedra angular del enfoque terapéutico. En resumen, la terapia se centra en una detallada exploración y modificación de los pensamientos y comportamientos del individuo. El objetivo es fomentar cambios positivos y duraderos en las emociones, con el fin de mejorar la calidad de vida y promover el bienestar. Se cree que cambiando los pensamientos y comportamientos, se pueden cambiar las emociones y, en última instancia, la vida.
En resumen, la terapia cognitivo-conductual se basa en cómo nuestros pensamientos y acciones afectan nuestras emociones. El objetivo es cambiar pensamientos y comportamientos para mejorar nuestras emociones y nuestra vida.